Desmontando (por fin) la teoría de Darwin: el cambio de paradigma o la evolución del Competir (interno) al Colaborar (para competir)

Julián Trullén (Fuente principal: Gregg Braden (2018) Humanos por diseño)

Algunos de los aspectos más desconcertantes y de peor impacto en las organizaciones son los discursos “nosotros- ellos” en diversos niveles y departamentos de la organización, las relaciones interdepartamentales en Silos, la competencia interna, la comunicación informal destructiva, la centralización de decisiones, la baja autonomía de trabajadores y el ser reacios a los cambios.

Parece que estamos muchas veces más centrados en COMPETIR entre nosotros que en COLABORAR PARA COMPETIR. Debemos evolucionar hacia un espacio de relaciones útiles de equipo. Y para nosotros eso tiene un origen y una evolución.

La importancia de las relaciones y los equipos (Seligman)

¿Para qué sirve un cerebro grande?. Para el psicólogo N Humphrey, el cerebro grande sirve para solucionar situaciones sociales, no físicas. La enorme corteza prefrontal y sus millones de conexiones sirven para simular posibilidades sociales. Nuestro enorme cerebro es una máquina de simulación de relaciones con el fin de aprender a entablar relaciones armoniosas y eficaces.

Otro argumento relacionado con la evolución del cerebro tiene que ver con la simulación de grupo. El biólogo británico Richard Dawkins ha popularizado la teoría del gen egoísta, argumentando que el individuo es la única unidad de selección natural. Dos biólogos de los más prominentes en el mundo Edmund  O. Wilson y David Sloan, han reunido pruebas de que el grupo es la unidad primaria de selección natural. Los insectos sociales como avispas, abejas, hormigas y termitas, organizaciones que aparecen alrededor del nido y con sistemas de comunicación, dominan el mundo de los insectos como los humanos el mundo de los vertebrados.

La vida en sociedad es la forma más exitosa de adaptación superior conocida. La diferencia entre los animales que poseen emociones colmena, es que son capaces de cooperar, ya que son capaces de comprender lo que “sienten” los demás. Nunca sabremos si los insectos sociales tienen emociones colmena o de que forma mantienen los escenarios de cooperación.

El impacto de las historias que nos contamos

Las historias que nos contamos  y que nos creemos sobre nosotros mismos definen nuestra vida, nos orientan en nuestros pensamientos, emociones y decisiones. En lo que refiere a la familia humana, las historias compartidas de nuestros éxitos, el recuerdo de nuestras tragedias y los motivadores ejemplos de actos heroicos son parte de los hilos que nos unen de manera poderosa. En las empresas pasa lo mismo. Pero si oímos algo suficientes veces empezamos a aceptar ese algo como un hecho, sea verdad o no (ej crisis inmobiliaria o independentista)

Terry Pratchett (escritor) describe el poderoso poder de nuestras historias cuando dice “Cambiemos nuestra historia y cambiaremos nuestras vidas”

Nuestras reacciones no engañan, independientemente de lo que podamos pensar que creamos, la manera de reaccionar en los momentos íntimos refleja elocuentemente lo que verdaderamente creemos.

¿Nos revelamos con violencia como consecuencia de las historias de la supervivencia del más fuerte? ¿o reaccionamos confiada y honradamente aceptando nuestra conexión con la vida, incluida la que nos une con quien nos provoca?

El caso es que estamos inmersos en la teoría de la evolución, por esa razón la orientamos en las decisiones que tomamos, y aprobamos la competencia y la fuerza frente a la cooperación y la compasión. Estamos tratando de resolver nuestros problemas y las situaciones nuevas mediante el pensamiento obsoleto de la competencia y la “supervivencia del más fuerte”

De C Sagan a A Einstein

Para C. Sagan “observamos que vivimos en un planeta insignificante de una estrella corriente perdida en una galaxia oculta en una esquina olvidada de un universo en el que hay más galaxias que personas”. Esto nos lleva a pensar que:

  • Carecemos de importancia en la vida, somos insignificantes
  • Unos y otros estamos separados, incluso de nosotros mismos
  • En un mundo de desconexión nos sentimos impotentes, las cosas ocurren cuando y como sea.

Einstein con las pruebas de la física cuántica apunta a que todas las cosas están profundamente conectadas, pero no resultaba difícil aceptar el hecho de esa conexión, ya que “Si la teoría cuántica es correcta, significa el fin de la física como ciencia”. Vivir en un mundo de conexiones cuánticas significa que poseemos la capacidad de influir en lo que ocurre en nuestras vidas, y que somos responsables de las consecuencias que generamos. Este es uno de los principios de la responsabilidad individual (y de los equipos), somos responsables de nuestras vidas, y también de nuestros resultados ¡¡y de la posibilidad y el poder de crear algo nuevo y cambiarlo!!

El cambio de paradigma, de competir a colaborar

Desde hace 150 años, el creer en el paradigma de Darwin nos ha llevado a creer en la selección natural, la necesidad de adaptación y competencia como el más fuerte a una conciencia reactiva de miedo al cambio, pues necesita de nuestra adaptación, si no morimos, a la necesidad de ser reactivos y a estar con el instinto a flor de piel por la necesidad de luchar para sobrevivir.

Cuestionar el paradigma y sentir que nuestro propósito de alguna manera está alineado con nuestro sistema mayor, el universo, nos lleva a cambiar nuestro esquema de creencias de manera que cambiamos de:

  • La necesidad de competir por la de colaborar
  • La necesidad de adaptación a la co-creación
  • De la reactividad para la adaptación  a proactividad  creativa ante las situaciones nuevas
  • De una visión de supervivencia y lucha a posibilidad y necesidad de colaboración compasiva
  • De primar unas estrategias y un estado del instinto y la justificación al desarrollo y confianza profunda en la apertura y la intuición

Para Gregg Braden, el cambio en el paradigma de la evolución también cambia lo que pensamos de nosotros mismos y de nuestro lugar en el universo:

  • Nos liberamos del paradigma de que somos una especie solitaria e insignificante y pasamos a ser depositarios de un raro linaje que solo estamos empezando a explorar.
  • Nos liberamos del hechizo de que estamos programados para la competencia y la lucha.
  • Estamos aquí con un cuerpo y un sistema nervioso que hacen posible nuestra capacidad de creación, compasión, la empatía, la intuición, la autosanación y mucho más, y que se nos ha destinado a utilizar, por el hecho de disponer de ello.
  • Estamos cableados neurológicamente para unas capacidades sorprendentes que nos permite formas impresionantes de vivir u una vida extraordinaria.

La cuestión es cómo despertar plenamente estas capacidades en nuestra vida

La nueva idea va por el hecho intencionado narrado en la cultura maya de la creación, la judía, cristiana e islámica, la de la tablilla Sumeria (región de Irak donde se ha pensado que se desarrollo la primera civilización humana) encontrada en la ciudad de Nippur. Todas ellas dicen que

  • Somos producto de un acto intencionado.
  • Estamos relacionados con la existencia de la familia cósmica.
  • Somos creadores, poseemos rasgos que nos dio el creador.

Evidencias del cambio de paradigma. Probabilidades imposibles

Para Gregg Braden, la actualización de la historia del ser humano plantea que no somos producto de un proceso evolutivo como el que planteaba Darwin, sino que somos obra de una forma de vida inteligente y se fundamenta en los siguientes hechos:

1.-Las relaciones del árbol genealógico evolutivo humano solo son especulaciones, no hay aportaciones físicas ni registro fósil que lo confirmen. No sabemos de un solo caso de transformación de una especie a otra.

2.- Si el registro fósil es exacto, los avanzados humanos anatómicamente modernos (HAM) aparecieron en la tierra hace 200.000 años con las siguientes características:

  • Un cerebro un 50% mayor que el chimpancé, el pariente más próximo.
  • Posición erguida y destreza manual avanzada (pulgares).
  • Capacidad para el lenguaje avanzado.
  • Red neuronal extendida que permite habilidades profundas como la compasión, la intuición, la capacidad de crear y el acceso a la sabiduría inconsciente (del corazón).

3.- Ausencia de ADN común entre los HAM y los neandertales que demuestra que no descendemos de ellos. Además compartimos momento en la tierra con ellos.

4.-El análisis de ADN confirma que nos distinguimos de los primates por un misterioso proceso de fusión en el cromosoma 2 humano (de 46 a 44) y que genera que se apaguen de manera rápida las funciones solapadas fruto de la fusión.

La teoría de que las células vivas evolucionaron (mutaron de manera aleatoria) durante  largos periodos de tiempo no explica y no se puede explicar nuestro origen ni la complejidad de nuestros cuerpos. Ilya Progogine, químico dos veces galardonado con el Premio Nobel: “la probabilidad estadística de que las estructuras orgánicas y las reacciones más exquisitamente armónicas características de los organismos vivos se generaran por accidente es cero”

El astrónomo Fred Hoyley el matemático y astrobiólogo Wickramasinghe calcularon una probabilidad de menos de 1 por 10 elevado a 40000 basándose en los encimas conocidos para que exista vida, de que la vida hubiese aparecido por azar.

“La probabilidad científica de que el ADN que nos hace humanos se produjera por azar es la misma que un tornado en un desguace recompusiera un avión, por lo que no somos el resultado de hechos fortuitos puestos en marcha por la casualidad”

Además, no hemos cambiado desde que apareció el primer individuo de nuestra especie HAM, hace 200.000 años. los eventos específicos que dieron origen al ADN que nos hace singulares, no se produjeron en la naturaleza.

Para funcionar como un todo, si una parte deja de funcionar, todo el sistema falla, somos de una Complejidad Irreductible.

Para Einstein, “veo un patrón, pero soy incapaz de imaginar el autor de yal patrón. Todos bailamos al son de una misteriosa melodía, interpretada a lo lejos por un flautista invisible”

Hace poco, comentando esta investigación mientras trabajaba en un equipo, surgió el comentario de “que el mono es capaz de meter una pajita en un hormiguero para sacar las hormigas”… Si en 20.000 años esto es lo que han podido avanzar, yo no desciendo del mono gracias.

Toda este apunte de evidencias y de pensamientos nos debe llevar a pensar que básicamente somos SERES CREADORES, INTUITIVOS, EMPÁTICOS, COMPASIVOS Y COLABORATIVOS. Con ello se abre un nuevo paradigma para el trabajo con los equipos y con las arquitecturas de equipos de la organización.

Y, de verdad, ¡¡yo no desciendo del mono!!

Julián Trullén

Cambiólogo®